José Benítez y Fallon Torres conforman una pareja de bailarines salseros que encontró en este ritmo una oportunidad para divertirse, enseñar y destacar la cultura caleña en redes sociales.
Fue en el 2020, cuando comenzaba el confinamiento, que estos dos jóvenes decidieron enseñar a través de las redes sociales su talento para bailar salsa y exportarla al mundo. Con pocos equipos para grabarse y sin pensar en el éxito que iban a tener, se atrevieron a mostrar su capacidad para este baile y emprendieron este proyecto que hoy por hoy es una realidad.
La iniciativa la bautizaron en redes sociales como Fiebre de Salsa y gracias a ella constantemente están creando contenido para que la gente conozca más de la salsa y por supuesto, aprendan a bailarla. Sin importar el nivel, la edad o la ubicación de sus seguidores, lo que pretenden estos bailadores es poder compartir con ellos todo el conocimiento que tienen del tema.
En Instagram acumulan más de 60.000 seguidores, a los que llaman “afiebrados” y es que, quienes le siguen los pasos a esta pareja, aseguran haber perdido su miedo a bailar y demuestran su entusiasmo por seguir aprendiendo de Fallon y José. En esta plataforma algunos de sus videos ya aventajan más de un millón de visualizaciones.
En sus videos enseñan a moverse al ritmo de la pachanga, el mambo y hasta el chachachá, revelan trucos para empezar a dominar el famoso paso caleñito e incluso, instruyen a sus seguidores para que se vuelvan expertos dando vueltas en pareja.
Además de Instagram, también hacen presencia en redes sociales como Facebook y YouTube. En esta última hay videos que superan las 3000 visualizaciones y todo en menos de un año. Recientemente lograron dictar una clase en vivo por Zoom donde más de cien afiebrados se dejaron llevar por la buena vibra y el sabor que estos jóvenes le ponen a sus clases.
Así comenzó la iniciativa:
Gracias a un video que Fallon Torres subió a Instagram bailando salsa, una amiga suya, en Bogotá, le pidió que le enseñara a bailarla y “osadamente” ella aceptó.
Así pues, con este video que hizo pensando en su amiga, esta bogotana con su compañero de baile, el caleño José Benítez, empezaron a cautivar a sus primeros alumnos remotos, que, gracias al voz a voz, fueron aumentando.
Aunque no contaban con ninguna academia física, este proyecto los emocionó tanto que formalizaron esta pasión en los medios digitales y fue como surgió Fiebre de Salsa, una comunidad virtual que orgánicamente ha estado creciendo como una bola de nieve y ha contagiado a muchas personas alrededor del mundo.
Con esta naturalidad lo que desean es romper con el estigma de que algunas personas no pueden bailar porque son ‘troncos’ o simplemente, porque el cuerpo no les da y quieren dejar claro que la salsa es del mundo y pa’ todo el mundo, es así como proyectan su vida real en el baile, buscando entonces que sus seguidores noten esa sencillez y puedan identificarse y crear confianza en ellos.
Aunque José y Fallon trabajan en la industria automotriz, él como director de tecnologías y ella como directora de cuenta, en este reto de lanzarse a las redes sociales les tocó aprender sobre edición de video, audio e imagen; se volvieron técnicos, camarógrafos y por supuesto, las estrellas de su propio show. Ahora cuentan con mejores equipos para la creación de su contenido e innovan de acuerdo con las tendencias que el mundo digital les ofrece.
Con su trabajo pretenden enseñar lo fuerte que es la cultura de la salsa en Cali y que las demás generaciones puedan seguir replicando con orgullo todo lo que la ciudad les puede ofrecer artística y culturalmente.
Benítez, de 37 años, es ingeniero de sistemas de profesión y como buen caleño creció rodeado de la cultura salsera, pues su padre es melómano y su mamá vibra por la salsa; es el segundo de tres hermanos. Su pasión por este género musical la empezó a profesionalizar en el año 2008 cuando ingresó a Swing Latino, allí inició su carrera artística en este mundo.
Amor a primera salsa
Fallon y José se conocieron en su lugar de trabajo en Chevrolet y lo hicieron bailando, pues José, además de su trabajo normal, también dictaba clases de baile en la compañía y fue así como un día, en medio de la clase, propuso un complicado paso de baile, que solo una persona logró hacer, Fallon.
Desde entonces hicieron chispa. Con la excusa de salir a trotar empezaron hablar un poco más y terminaron en Zaperoco bailando salsa. Sorprendida por la rumba diaria en Cali, Fallon se encantó con la alegría de la ciudad y, sobre todo, con esa ruta salsera que de lunes a viernes se respiraba en Cali antes de la pandemia.
Muchas canciones de salsa los hace recordarse: ‘Carita de Pasaporte’, ‘Tres Días’, ‘Raquel’, ‘Parte de mi Vida’ y ‘Aló Aló’ y aunque aseguran que quizás no se identifican con la letra de estas canciones, sí tienen una conexión especial por los momentos que han compartido juntos y estas han estado sonando.
Salsa con causa
Con estas clases, la pareja asegura que ha ganado algo más que reconocimiento, refiriéndose a la cantidad de mensajes que les llegan de sus seguidores agradeciéndoles por el espacio, pues incluso, han leído testimonios de personas que han recobrado sus relaciones interpersonales gracias al baile y de usuarios que han recuperado su autoestima y amor propio. Así pues, se dejaron conmover por las palabras de un ex militar que perdió su pierna en combate y que, gracias al contenido de Fiebre de Salsa, recuperó las ganas y la motivación para volver a bailar.
Además, esperan en algún momento poder compartir su talento con personas de escasos recursos para que tengan un espacio de recreación, deporte y diversión a través de la salsa y así mismo, puedan encontrar en este ritmo una oportunidad de vida.
Aunque tienen muchos planes para hacer en Cali y en Colombia, la pandemia del Covid-19 no se los ha permitido y responsablemente prefieren esperar un poco más para concretarlos, pero mientras, desean continuar sorprendiendo a sus seguidores y contagiarlos de esa Fiebre de Salsa que les permita bailar mucho más.